28 feb 2017

CUENTOS DE BOTE


Los cuentos de fórmula son muy motivantes para el alumnado de cualquier edad. Dentro de los cuentos de fórmula podemos encontrar los cuentos mínimos, cuentos de nunca acabar, cuentos acumulativos y cuentos repetitivos.  Nosotras decidimos presentarlos en botes de plástico y con un formato de rico barquillo, irresistible para cualquier lector o lectora.


En  la visita semanal a la biblioteca, en cada sesión se pretende trabajar las cuatro destrezas básicas: leer, escribir, escuchar y hablar (narrar), potenciando el desarrollo de la imaginación y la creatividad en la construcción de nuevos cuentos a partir de las características básicas de cada cuento de fórmula.

Secuenciación para cada cuento de fórmula: 
  • Atención y escucha a  narraciones y representaciones con un modelo lector de diferentes cuentos fórmula.
  • Presentación de las características del tipo de cuento de fórmula elegido.
  • Identificación de aspectos característicos de este tipo de texto.
  • Lectura individual y colectiva de los cuentos de fórmula.
  • Imitación y representación de este tipo de texto.
  • Creación de textos con la fórmula tratada, de manera colectiva y progresivamente individual.
  • Invención de cuentos a partir de un formato dado. 
  • Escritura en varios formatos de los cuentos inventados. 
  • Exposición de los textos creados tanto orales como por escrito.


Para llevar a cabo las propuestas de la secuencia con cada cuento de fórmula se han ido combinando y en ocasiones repitiendo algunas propuestas en diferentes sesiones. 

En nuestra biblioteca empezamos por los cuentos de nunca acabar, su estructura repetitiva e incansable acompañada de diferentes voces, ritmos de lectura y propuestas de dramatización, les motivaba cada vez más.  Después de los cuentos de nunca acabar pasamos a los mínimos. La simpleza literaria de este tipo de texto les generó muchas ganas de inventar y de seguir escuchando nuevos cuentos mínimos.

           


Estos dos cuentos de fórmula los metimos en botes y les asignamos el color verde a los cuentos mínimos y el amarillo a los cuentos de nunca acabar. A petición del alumnado creamos otro bote con trabalenguas de" barquillos rojos", de los que picoteábamos de vez en cuando al finalizar las sesiones.






            Los cuentos acumulativos y los repetitivos por su extensión no fueron metidos en botes, los íbamos leyendo e inventando en diferentes formatos:
 papel continuo, en pizarra o simplemente narrados.


De cada uno de estos tipos de textos encontramos álbumes ilustrados que nos deleitaron también con sus imágenes, los más divertidos fueron:



Estos álbumes fueron contados y mostrados en diferentes momentos, algunos como iniciación al tipo de cuento de fórmula que representan y otros como elemento final.